Se estima qué alrededor del 3% de la población chilena padece Trastorno Obsesivo Compulsivo. Sin embargo, la cultura pop y la desinformación han sido factores principales del desconocimiento sobre cuáles son los verdaderos síntomas de esta enfermedad que afecta a más de 500.000 personas en el país.
Lavarse excesivamente las manos, revisar más de tres veces si cerraste la puerta con llave o ser extremadamente ordenado, son algunas de las características que las personas asocian al Trastorno Obsesivo Compulsivo. Sin embargo, esta enfermedad tiene una base en la repetición, pensamientos rumiantes e involuntarios, que llevan a realizar distintas acciones compulsivas para apaciguar la sensación de incomodidad y ansiedad producida por el hecho.
Según la Organización Mundial de la Salud, este trastorno está considerado dentro del TOP 10 de las enfermedades más invalidantes para el ser humano, debido a las consecuencias físicas y mentales que provoca.
En Chile, una de las principales preocupaciones que existen en torno a la enfermedad, es la demora en el diagnóstico apropiado, ya que, según los indicadores, son entre 14 a 17 años para diagnosticar.
Si bien, existen distintos patrones de repetición, el TOC tiene distintas formas de afectar a las personas y esto dependerá netamente de cómo se manifiesta según sus pensamientos obsesivos y las compulsiones de estos.
Qué dicen los especialistas
Tomás Miño, psicólogo especialista en TOC y creador de la plataforma «Hablemos de TOC» se ha dedicado a crear una red de especialistas, quienes se enfocan en eliminar los tabús y dar la terapia correspondiente para quienes se ven afectadas por la enfermedad.
Para él, el trastorno se define con las obsesiones: «(…) son pensamientos que pasan por la cabeza de la persona, pero son cosas que no quiere pensar voluntariamente. Suelen ser cosas que asustan, pensamientos de muerte, pero pueden ser variados, ligados a situaciones negativas» comenta.
Se estima qué existen más de 20 tipos de categorizaciones de TOC. El más utilizado en la cultura pop y en qué más se suele pensar al momento de leer sobre él, es el de limpieza o de simetría. Sin embargo, los pensamientos pueden variar desde los agresivos hasta los de contaminación.
El tratamiento y lo que viene
La terapia cognitivo conductual (TCC), es la forma más eficaz de tratar a quienes padecen de trastorno obsesivo compulsivo, ya que, se basa en enfrentar las distintas obsesiones y compulsiones tanto físicas como mentales a través de la Exposición y Prevención de la Respuesta (EPR). En la cual, la primera parte de ella, se expone al paciente a su pensamiento obsesivo, pero no se busca su razón. Luego, se pasa al proceso de prevención de respuesta, donde interactúa con su compulsión y se da la opción de responder o no ante ella.
«Lo que uno interviene es en el TOC general y lo que hace esta terapia, más que meterse en el contenido enseña a enfrentar y responder de una forma neutra los pensamientos», menciona Miño sobre la TCC.
En cuanto a los avances, todos los grandes estudios que limitan los parámetros de sintomatología, son investigaciones realizadas en Europa o en Estados Unidos. Por lo cual, el Centro Interdisciplinario de Neurociencia de U. de Valparaíso en conjunto a Hablemos de TOC y otras instituciones, están realizando el primer informe de parámetros latinoamericanos en cuanto al TOC.
La idea de este, es encontrar distintas escalas que logren determinar cómo afectan a las personas de la región y cómo influye el análisis genómico en el desarrollo de la enfermedad. Además, en esta, se evaluarán los distintos parámetros psicométricos del TOC para lograr entender las bases biológicas que logran desarrollar la enfermedad.
Columna de Cooperativa Ciencia – Catalina Tapia Pérez,